
CEIP GENERAL ESPARTERO
CERRAMOS UN CICLO Y EL CURSO QUE VIENE COMENZAMOS OTRA AVENTURA EN LOS CENTROS EDUCATIVOS
Este proyecto, nacido del compromiso con la memoria colectiva ha logrado llevar la historia del Sitio de Logroño de 1521 a las nuevas generaciones. Ha pasado de la simple divulgación histórica hasta convertirse en una forma de revivir el pasado con alma y sentido, entrelazando emoción, conocimiento y cercanía.
Durante estos diez años, hemos conseguido convertir los patios de los colegios en escenarios del pasado, donde el relato de la resistencia logroñesa ha cobrado vida a través de recreaciones, anécdotas y personajes que han sabido captar la atención de niños y niñas. Vestidos con nuestro traje de la Guardia del Emperador Carlos V, no solo hemos enseñado historia, la hemos hecho sentir, vivir y admirar. Y gracias a todo esto, han aprendido algo muy valioso, a sentirse orgullosos de ser de Logroño, a respetar a quienes vivieron antes que nosotros y a saber que su ciudad tiene una historia increíble que merece ser recordada y contada.
La culminación de esta ruta con la visita a los tres colegios que aún no habían recibido la actividad CEIP OBISPO BLANCO NAJERA, CEIP GENERAL ESPARTERO y CEIP EL ARCO no es un final, sino un cierre simbólico que señala la madurez de un proyecto que se ha consolidado con el tiempo. Lejos de ser un punto y final, es un trampolín hacia nuevas iniciativas que sigan sembrando historia entre los más jóvenes. Porque la educación en valores, en raíces y en memoria no puede quedarse quieta; debe evolucionar, crecer y adaptarse sin perder su esencia.
La cita de Elie Wiesel, “contar nuestra historia es una forma de inmortalidad”, cobra aquí un sentido profundo y real. A través de estas visitas, la historia del Sitio de 1521 no se ha congelado en el tiempo, ha cobrado nueva vida en la mirada de cientos de escolares.
Este aniversario no es solo motivo de celebración, es también una llamada a continuar, a reforzar el compromiso con la divulgación, a seguir construyendo puentes entre el pasado y el futuro. Porque una comunidad que recuerda es una comunidad que se fortalece, que se enraíza y que proyecta con más firmeza su porvenir.